Ralentí inestable: cómo resolverlo

Para resolver el problema del ralentí inestable en un coche hay que identificar sus causas, indicios de fallo y consecuencias en la conducción. Aquí te dejaremos algunos consejos para resolverlo a tiempo y ciertas tareas para realizar un buen mantenimiento.  

Qué es el ralentí 

Antes de resolver el problema, hay que saber qué es el ralentí de un vehículo. Este elemento consiste en el estado de un motor que funciona a baja velocidad y sin aplicar carga o aceleración. Dicho de otra manera, cuando el motor está encendido, pero no impulsa el coche ni lo mantiene en funcionamiento. Hay una serie de situaciones donde se utiliza este elemento: tráfico congestionado, parada y reanudación de la marcha en un semáforo o frenada por avistamiento de un objeto, peatón o coche. Su uso implica un consumo mínimo de combustible, por lo que es importante mantenerlo en regla y ampliar su vida útil, ya que se utiliza con bastante frecuencia.  

Ralentí inestable: causas 

Hay una serie de causas de un ralentí inestable. Aquí te dejamos un listado de todas ellas: 

• Suciedad en el cuerpo de aceleración. La acumulación de residuos reduce el flujo de aire, por lo que afecta al proceso de la mezcla de aire y combustible. 

• Sensor de flujo de aire, MAF, defectuoso. Esta pieza mide la cantidad de aire que entra en el motor, por lo tanto, si está sucio o averiado, la mezcla de aire y combustible se desequilibra. 

• Bujías desgastadas. Estas piezas en mal estado o los cables defectuosos pueden provocar encendidos irregulares, lo que afecta el funcionamiento del motor en ralentí. 

• Filtros de aire o combustible obstruidos. Estos filtros limitan el flujo adecuado de aire o combustible, lo que altera la combustión. 

• Fugas de vacío. Las mangueras rotas o desgastadas permiten la entrada de aire no controlado, generando inestabilidad. 

• Problemas en el sensor de posición del acelerador, TPS. Envía información incorrecta al motor sobre la apertura del acelerador. 

Ralentí inestable: consecuencias 

Un ralentí inestable puede afectar al rendimiento y vida de un motor, perjudicando a su sistema y funcionamiento. La primera consecuencia negativa es la falta de confort en el conductor, ya que se producen vibraciones o temblores cuando el motor está en marcha, pero sin acelerar. De cara al conductor, es incómodo en paradas continuas en el tráfico, al pararse en frente de un semáforo o cada vez que reanudemos la marcha. 

En cuanto a su vida mecánica, provoca una mala mezcla entre aire y combustible, ya que no combina bien ambos elementos. Esto provoca un alto consumo de combustible, ya que el proceso energético no es efectivo, proporcionando menos energía al motor. Esto a su vez es perjudicial a la salud física de las personas, ya que produce más emisiones de CO2. Esta última consecuencia negativa puede conllevar a una multa debido a altas emisiones. Por otro lado, provoca su deterioro y desgaste en otras piezas, como las bujías, ya que están conectadas. Si no se resuelve a tiempo puede dañar por completo el motor y provocar altos gastos de mantenimiento y reparación. 

Cómo cuidarlo 

Para evitar este problema te aconsejamos seguir una serie de pasos de mantenimiento. Lo primero es limpiar el motor y sus componentes de una forma regular, ya que el cuerpo de aceleración o la manguera de vacío, tienden a generar suciedad y acumular restos que acaban perjudicando a su rendimiento y eficacia. Otro punto clave para no fomentar el bloque del flujo es limpiar los filtros de aire, para no provocar fugas ni obstruir su ciclo. También tienes que mantener correctamente las bujías, ya que se encargan de encender el motor y en consecuencia en coche, por lo que tienes que evitar su desgaste o deterioro. En general, tienes que llevar a cabo una serie de tareas de mantenimiento, revisión periódica, sustitución y limpieza de piezas.