Embrague del coche: cómo funciona y qué piezas lo componen

El correcto funcionamiento de un automóvil con caja de cambios manual depende en gran medida del embrague, una pieza esencial. Aunque también se encuentra en coches automáticos con cambios robotizados o cajas de doble embrague, en este artículo nos centraremos en coches con caja de cambios manual convencional.

Básicamente, el embrague actúa como un enlace para transmitir la potencia del motor a la caja de cambios y, a su vez, a las ruedas. Sin él, sería imposible arrancar el coche o cambiar de marchas. A continuación, explicaremos en qué consiste el embrague, su funcionamiento y los componentes que lo integran. Todos nuestros coches de renting tienen el servicio todo incluido donde podrás hacerte con cualquiera de ellos sin preocuparte de su mantenimiento y las piezas sometidas a desgaste.

Importancia del embrague de un coche

El embrague resulta imprescindible para los coches con caja de cambios manual, ya que está íntimamente relacionado con los motores de combustión interna. Estos motores tienen un rango de giro más limitado en comparación con los motores eléctricos, por lo que requieren una caja de cambios para adaptar la velocidad del vehículo a las diversas velocidades de giro y al par motor necesario. En términos sencillos, el embrague es un mecanismo que permite transmitir o interrumpir la energía mecánica de forma voluntaria.

Malas prácticas del embrague

Tres malos hábitos pueden acortar la vida del embrague y causar problemas en el automóvil. En vehículos con caja de cambios manual, el embrague es responsable de acoplar y desacoplar el motor de la caja de cambios, permitiendo cambios de marcha suaves y minimizando las vibraciones del motor de combustión interna. Sin embargo, algunas de sus partes pueden desgastarse con el tiempo o debido a un uso inadecuado, lo que puede resultar costoso para los propietarios. Tener el coche siempre bien mantenido debe ser una obligación para cada conductor.

Piezas del embrague

Antes de explicar su funcionamiento, es importante describir las piezas que componen el embrague en un coche convencional con caja de cambios manual. Estas piezas incluyen el volante de inercia, el disco de embrague, el plato de presión y la horquilla de empuje.

El volante de inercia, también conocido como volante motor, es un disco plano equilibrado que gira de manera síncrona con el cigüeñal del motor. Junto a él, se encuentra el disco de embrague, revestido de un material abrasivo similar al de las pastillas de freno. El disco de embrague se une al eje de la caja de cambios y gira al unísono con el volante de inercia cuando se desembraga, es decir, al soltar el pedal del embrague. El plato de presión, también llamado maza, está firmemente atornillado al volante de inercia y cuenta con un muelle de diafragma que permite que el disco de embrague se acople o desacople, transmitiendo o cortando la potencia hacia la caja de cambios.

La horquilla de empuje, o collarín, es una pieza metálica en forma de horquilla que ejerce presión sobre el muelle de diafragma de la maza mediante un cojinete de empuje. La horquilla puede funcionar mediante un sistema de cable o, en coches modernos, mediante un sistema hidráulico.

Funcionamiento del embrague

En cuanto al funcionamiento del embrague, al arrancar el coche con el pedal del embrague pisado, el volante de inercia comienza a girar junto con el disco de embrague y la carcasa del plato de presión. Al soltar gradualmente el pedal del embrague, el disco de embrague se acerca al plato de presión, rozando entre sí y transmitiendo así el movimiento del motor a la caja de cambios.

Las ruedas del coche solo comienzan a girar cuando el volante de inercia y el plato de presión están en contacto completo. Al cambiar de marcha, el plato de presión se desacopla del disco de embrague, permitiendo seleccionar una nueva marcha sin transmitir potencia a la caja de cambios en ese momento.

Finalmente, es fundamental evitar ciertos hábitos que pueden dañar el embrague y ocasionar averías, por eso es importante tener una conducción eficiente. Estas prácticas derivan en patinaje del embrague, un arranque brusco del vehículo o un desembrague incompleto. Tales prácticas pueden acortar la vida útil del embrague y conllevar costosas reparaciones, incluyendo el reemplazo de piezas como el volante de inercia y el disco de embrague, lo que en un coche mediano podría suponer un desembolso de más de 1.000 euros incluyendo mano de obra e impuestos.