Euro 7: novedades, restricciones y entrada en vigor

Un año después de que la Comisión presentara su propuesta inicial, a pesar de la resistencia de hasta ocho naciones y algunos de los principales productores de automóviles, el Parlamento Europeo acaba de dar luz verde a la normativa Euro 7 sobre control de contaminación. La buena noticia para los fabricantes es que esta reciente regulación de emisiones será un poco menos rigurosa de lo originalmente planeado, con el objetivo de facilitar la transición hacia los vehículos eléctricos para el año 2035. Sin embargo, en la práctica, su impacto se centrará en los automóviles diésel y en los presupuestos de aquellos que adquieren vehículos eléctricos y coches híbridos ECO.

¿Qué es esta normativa?

La meta principal de la normativa Euro 7 consiste en alcanzar una total electrificación en los próximos años, suprimiendo completamente los vehículos de combustión, especialmente aquellos que no cumplen con las normativas actuales de emisiones, y sustituyéndolos con modelos más contemporáneos. La Unión Europea demuestra una preocupación particular por las emisiones de formaldehído, un gas irritante y cancerígeno, el óxido de nitrógeno (NOx), que funciona como un potente gas de efecto invernadero, así como los límites de amoníaco.

Para ejemplificar la severidad de esta regulación, se puede utilizar como punto de referencia la siguiente comparación: en vehículos de turismo y camionetas según la normativa Euro 6, los límites de NOx solían ser de 60 mg/km para los automóviles a gasolina y de 80 mg/km para los diésel. Con la implementación de la normativa nueva, este límite será de 60 mg/km de NOx sin importar la tecnología empleada.

Cuando entra en vigor

En el continente europeo, se vislumbra el fin de la era de los modelos de combustión. A pesar de las noticias que indicaban restricciones cada vez más severas, la industria automotriz ha experimentado un alivio con la aprobación de la normativa Euro 7, la cual, en comparación con sus planes iniciales, se aplicará en una fecha posterior y será menos estricta.

Inicialmente, se tenía previsto implementar esta regulación a partir de 2025 para los vehículos ligeros (como automóviles y furgonetas) y desde 2027 para los vehículos pesados (incluyendo camiones y autobuses). No obstante, la nueva normativa, aprobada provisionalmente, pospone su entrada en vigor aproximadamente dos años. En consecuencia, la obligatoriedad de cumplirla no será exigida hasta 2027 para los vehículos ligeros y 2029 para los vehículos pesados.

Las camionetas, en términos de emisiones, también estarán sujetas al mismo estándar. Para otros tipos de vehículos, el límite se establece en 60 mg/km de NOx, sin importar el tipo de combustible utilizado.

En este sentido, la industria automotriz se muestra tranquila en lo que respecta a los automóviles diésel, especialmente los más pequeños. Inicialmente, con la propuesta que buscaba una reducción del 50% en las emisiones máximas de óxidos de nitrógeno (NOx), se habría impuesto la obligatoriedad de incorporar catalizadores, incrementando su costo hasta el punto de volver poco rentable su fabricación.

Además, en términos generales, la implementación de la Euro 7 original habría significado, según las estimaciones del sector, un aumento de entre 1.000 y 2.000 euros en el precio de los automóviles nuevos, afectando a todos los vehículos, pero especialmente a los más pequeños. Esta situación no aplica al renting de coches, ya que existen modelos con etiquetas ECO y CERO a un precio mensual inigualable.

Euro 7 “suave”

Con la implementación de la normativa Euro 7 “suave”, se ha superado dicho inconveniente, aunque sigue siendo una regulación más estricta que su predecesora y trae consigo importantes novedades. La primera de ellas consiste en que los vehículos recién fabricados deberán cumplir con los estándares de emisiones durante un periodo de tiempo y/o una distancia más extensos: en la Euro 6 se requerían 5 años o 100.000 km, mientras que con la nueva deben mantenerse dentro de los límites durante 10 años y 200.000 km.

Consecuencias de esta nueva normativa

Es fundamental tener en consideración que, con el objetivo de disminuir las emisiones provenientes de los vehículos, es necesario poner en práctica nuevos sistemas, tales como el calentamiento óptimo de los catalizadores y la reducción de las emisiones de partículas finas provenientes de frenos y neumáticos. A pesar de que estos costos son asumidos por el fabricante, repercuten en el precio final que paga el cliente. En vista de la antigüedad de nuestros parques automotrices, este asunto podría convertirse en un problema significativo si los detalles finales de la regulación no se definen de manera adecuada.

Adicionalmente, no todos los países miembros muestran convicción respecto a los beneficios de la normativa Euro 7. Italia fue el primero en expresar inquietudes, seguido rápidamente por Francia, República Checa, Rumanía, Portugal, Eslovaquia, Bulgaria, Polonia y Hungría. Estos países temen que, entre otras razones, frente al crecimiento continuo de China o Estados Unidos, la industria automotriz europea, la cual sustenta hasta 13 millones de empleos en Europa, pueda sufrir consecuencias graves.